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El mariscal de campo de los Tampa Bay Buccaneers, Tom Brady, ha sido noticia esta temporada por casi todas las razones equivocadas.

Brady, de 45 años, optó por regresar para una 23ª temporada en la liga después de anunciar inicialmente su retiro. Ha abordado algunos temas muy personales en un foro público y lidera un equipo de los Buccaneers en apuros que actualmente está por debajo de los .500.

Tras la aplastante derrota de la semana pasada ante los San Francisco 49ers, salió a la luz un informe de que Brady había optado por no cumplir con el plan de juego ofensivo del equipo. Es decir, Brady hace cambios en el plan de juego que los entrenadores, incluido el coordinador ofensivo Byron Leftwich, no ven hasta el saque inicial.

«La noche anterior a cada partido, Brady organiza una reunión separada con los jugadores más habilidosos de los Bucs, durante la cual repasa el plan de juego, modifica las asignaciones y las formaciones y presenta un plan revisado, uno que el entrenador de primer año Todd Bowles, el coordinador ofensivo Byron Leftwich y el resto del personal tienen que descubrir en tiempo real una vez que comience el partido».

Bueno, esto no le cayó bien al siete veces campeón de la Super Bowl. Se le preguntó a Brady acerca de este informe durante su conferencia de prensa de una semana antes del partido del domingo contra los Cincinnati Bengals.

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